Ethel Flores Castillo.
Ensayo del concepto Cultura.
La
Maldición del Búho.
El concepto ecuménico de cultura y su acepción
neoliberal.
En
este ensayo presentamos una reflexión crítica sobre la diversificación actual
de la acepción cultura. Expertos en la materia, se debaten en discusiones
interminables con respecto a su connotación moderna; sin embargo de acuerdo con
Bauman[1], en esta era el factor inestabilidad
es el paradigma a seguir. En otras palabras, ya no hay cabida para los primeros
preceptos entronizados por los filósofos de la ilustración[2]. Mientras que los hombres
del siglo de las Luces lucharon como Kant, por contribuir a la creación de un
noúmeno cultural[3].
Hoy por el contrario en esta Modernidad Líquida[4] pareciera ser, que el
pugilato es por erradicar la propia cultura.
Por un lado se ha tergiversado el concepto de
cultura, confundiéndola con una experiencia “superficial y vulgar”[5] neoludista.[6] Por otro lado se ha
transformado a la cultura en un artículo de consumo; cuyo valor ya no se mide por su carácter de ciencia;[7] sino por la oferta y la demanda de nuestras
sociedades pluralistas de consumo. De tal modo que dentro de la violencia de
estos “mercados simbólicos” [8] neoliberales y una
civilización industrializada[9] en la que ya no hay cabida
más que para el materialismo,[10] la cultura como tal ha
sido desviada de su propósito principal de apoyar a las naciones para su
construcción social [11] y la liberación de su
“culpable incapacidad”.[12] De
ahí que hoy en día cualquier concepto ofrecido por los “mercados simbólicos” a estas sociedades “omnívoras”, sea considerado cultura.
Por
un lado sucumbimos ante los mercados simbólicos, que se han vuelto fábricas de
lo que muchos suelen llamar cultura -yo le llamaría cultura desechable-; es
decir, no hay cabida para el razonamiento y la educación[13] y menos aún, para
cultivar –en la vieja acepción del término ilustrado[14]- una mirada crítica,
hacía lo que debiera ser la cultura. No obstante, a pesar de que el hablar de
Cultura, no implica para muchos una cuestión
de elite en nuestros tiempos. Tampoco predica una formación educativa adecuada;
dado que en una nación industrial, son más necesarias las mentes dedicadas a
los negocios y las emociones[15] que la formación de
individuos preocupados por su desarrollo intelectual.
Si
tomamos en cuenta que, siguiendo a Bauman, en los “Estados de desperdicio”[16] el fundamento económico hoy en día, es el
subterfugio cultural, nos encontramos con que la cultura sigue siendo un tema
de intelectuales, cuya herramienta se encuentra en solo en manos, de “una clase instruida”.[17] En cuanto a la
manipulación de masas, esta forma parte también, de la “Modernidad líquida” baumaniana,
donde ante el desarrollo de una “modernización obsesiva”, se van perdiendo
valores Culturales.
De acuerdo con el catedrático Gilberto Giménez, “la violencia
simbólica”, ejerce poder sobre los consumidores, además de imponer modelos de
comportamiento, por lo cual nos vemos desamparados ante el avasallamiento de los “mercados simbólicos
culturales”. De ahí que el término cultura, sea tema de debate entre los filósofos
intelectuales y los que, cegados por su
convicción nacionalista[18], sigan defendiendo la
falsa propaganda popular de cultura impuesta por el Estado. Lo que es ofrecido
por los mercados de consumo, avalados por el Estado como “Cultura”, se traduce
en un intercambio de valores, que se venden al mejor postor. De acuerdo con Dewey, el fenómeno cultural es un problema de
educación,[19]
producto de una desigualdad económica.
En
la actualidad algunos grupos de poder, están más concentrados en desbordar las
arcas, que en tener buen cuidado de los ciudadanos y su educación. No importa
lo que se tenga que sacrificar, mientras se procure cuanto ganar. Kant lo
menciona en su obra sobre la Ilustración: “si tengo dinero para pagar, de que
me sirve pensar”[20].
En
conclusión Bauman, hace referencia a Matthew Arnold para explicar que la
cultura es tan solo “una declaración de intenciones”[21] y de acuerdo con este
concepto dentro de las “Modernidades líquidas”, podemos deducir que ante el
avasallamiento del neoliberalismo, la Cultura y el hecho de “cultivarse”,
representan un verdadero esfuerzo. Ya que por un lado se deben rescatar
nuestros verdaderos valores epistemológicos nacionalistas; es decir nuestra
propia Cultura en apego a la educación y por el otro habrá que procurarse, los
medios económicos adecuados, que nos permitan seguir “cultivándonos”. Dado que
ante el temor del desempleo, las crisis
económicas y la propaganda con respecto a la falta de oportunidades en las
carreras profesionales, muchos estudiantes abandonan las aulas, ante las
presiones familiares o la falta de liquidez, para financiar una preparación
académica.
En
conclusión en estas “Modernidades líquidas”, la defensa por hacer renacer y prevalecer
nuestra cultura, desde un punto de vista educativo y nacionalista; es un hecho
urgente que debe ser rescatado desde el fondo de nuestro espíritu libertario, nuestros
corazones y porque no, incluso también desde nuestros bolsillos. Dado que nuestro
deber de educarnos y auto cultivarnos es innegable, para evitar la propagación como
sociedades “Omnívoras”, que sucumban ante el avasallamiento de los “mercados de
consumo”. Habrá que aprender a distinguir entre las imposiciones de los
mercados económicos en esta “Modernidad líquida”, en cuanto a cultura se
refiere y lo verdaderamente científico y académico, los preceptos entronizados que
ya nos marcaban los hombres de la Ilustración. Que el consumismo no sea el
hecho que transgreda el desarrollo de nuestra
verdadera cultura y aunque el “Statu quo”[22] y “la violencia simbólica
de los mercados de consumo” hoy en día, sean la maldición del mitológico Mochuelo
de Minerva, debemos tener clara la intención de sacudirnos del espasmo
neoliberal, que trata de dejar a la
Cultura prácticamente en tinieblas. Empezando a cultivarnos verdaderamente, a
pesar de quienes a través de proselitismos culturales y educativos, con
promesas de un futuro portentoso a cambio de un desarrollo nacional intenten lo
contrario.
Bibliografía:
·
Bacon Francis, Novum Organum, Madrid: SARPE,
1984: pp.25-63.
·
Dewey John, Viejo y nuevo individualismo,
Paidós, 2003: pp. 139-157
·
Kant Emmanuel, Filosofía de la Historia,
Fondo de Cultura Económica, 2012: pp. 15-26.
·
Kaczynski
Theodore John , Manifiesto del UnaBomber,1995.
·
Sheridan Guillermo, México en 1932: La
polémica Nacionalista. Vida y Pensamiento de México. México, Fondo de Cultura
Económica, 1999: pp.13-37
·
Zygmunt Bauman, La cultura en el mundo de la
Modernidad Líquida, Madrid: Fondo de Cultura Económica, 2013,
primera edición, pp. 9-65.
·
Zygmunt Bauman, Modernidad Líquida, México: Fondo
de Cultura Económica, 2003, primera edición.
Neoludismo — El neoludismo es una ideología
de carácter radical, opuesta al desarrollo de la revolución digital, a la
inteligencia artificial y a todo avance científico que se apoye en la
informática.
[1] Bauman Zygmunt, 2008: 1
[2] Bauman Zygmunt, 2008: 1
[3] Kant Emmanuel, 2012: 15
[4] Bauman Zygmunt, 2008: 1
[5] Bacon Francis, 1984: 37
[6] Kaczynski Theodore John , 1995
[7] Bacon Francis, 1984: 63
[8] Giménez Gilberto, 2012: 10
[9] Dewey John, 2003: 148
[10] Dewey John, 2003: 141
[11] Bauman Zygmunt, 2008: 15
[12] Kant Emmanuel, 2012: 25
[13] Dewey John, 2003: 145
[14] Bauman Zygmunt, 2008: 15
[15] Dewey John, 2003: 146
[16] Bauman Zygmunt, 2008: 3
[17] Bauman Zygmunt, 2008: 15
[18] Sheridan Guillermo, 1999: 22
[19] Dewey John, 2003: 145
[20] Kant Emmanuel, 2012: 26
[21] Bauman Zygmunt, 2008: 14
[22] Bauman Zygmunt, 2008: 17
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